Historia
Personalidad
El perro de agua español es una raza de tamaño medio, su estatura que oscila entre los 40 y 50 centímetros, y su peso que puede variar entre los 14 y 22 kilogramos dependiendo del sexo del perro. Su cuerpo es compacto y robusto, con una estructura muscular bien definida, lo que le confiere gran agilidad y resistencia.
La cabeza es fuerte, de tamaño mediano y proporcionada con respecto al resto del cuerpo. Tiene el hocico recto, ligeramente más corto que el cráneo, y termina en una nariz oscura de color. Las orejas son de inserción media, caídas y cubiertas de pelo rizado, como el resto de su cuerpo. Tiene ojos son expresivos, de color avellana o marrón y de tamaño medio.
Podemos decir que el rasgo más distintivo del perro de agua español es, sin duda, su pelaje rizado y lanoso, que cubre todo su cuerpo uniformemente. Este pelaje puede variar su color, en una gana que va del blanco al negro y marrón en todas sus tonalidades, así como combinaciones de estos colores. A diferencia de otras razas, el pelo del perro de agua español no muda, lo que lo convierte en una buena opción para personas alérgicas. Su cola es de longitud media y sigue la línea natural del cuerpo.
La esperanza de vida del perro de agua español se estima entre los 12 y 14 años, siempre que reciba los cuidados adecuados y mantenga un estilo de vida activo.
Historia
En cuanto a su historia, el perro de agua español es una raza autóctona de la Península Ibérica, con una larga tradición que se remonta a varios siglos atrás. Originalmente, estos perros eran utilizados como ayudantes en la caza y la pesca, debido a su excelente capacidad para nadar y su gran sentido del olfato. Además, también desempeñaban funciones de pastoreo en las regiones rurales de España.
Se cree que el perro de agua español desciende de perros de trabajo traídos a la península por los musulmanes durante la invasión del siglo VIII, y que a lo largo de los años se adaptó a diferentes tareas dependiendo de la región donde se encontraba. En Andalucía, por ejemplo, fue ampliamente utilizado en las marismas y en la pesca, mientras que en el norte de España era más común como perro pastor.
Aunque en el pasado fue un perro de trabajo esencial, la mecanización de las labores agrícolas y pesqueras redujo su popularidad. No obstante, en las últimas décadas ha habido un resurgimiento de la raza, tanto como perro de compañía como para trabajos de rescate y asistencia, gracias a su inteligencia y versatilidad.
Personalidad
El perro de agua español es conocido por su carácter alegre, inteligente y muy enérgico. Es un perro extremadamente leal a su familia, con la que crea un vínculo muy fuerte. A pesar de su naturaleza trabajadora y activa, también es un excelente compañero de vida, siempre dispuesto a participar en actividades familiares.
Su inteligencia lo convierte en un perro fácil de entrenar, aunque requiere una educación firme y consistente desde temprana edad para canalizar su energía de manera positiva. Es un perro que disfruta del trabajo y de los retos, por lo que es ideal para actividades como el agility, el trabajo de campo o incluso deportes acuáticos.
A pesar de su energía, es un perro equilibrado y estable, que convive bien con niños y otros animales, siempre que se le socialice adecuadamente desde cachorro. Es protector de su hogar y su familia, lo que lo convierte en un buen perro guardián, aunque no es agresivo por naturaleza.
El perro de agua español requiere ejercicio diario para mantener su salud física y mental. Le encanta correr, jugar y, sobre todo, nadar, actividad que disfruta enormemente. Su pelaje rizado y denso necesita cuidados específicos; aunque no muda, es importante cepillarlo regularmente para evitar que se formen nudos y mantenerlo limpio.
Además, dado que es un perro que históricamente ha trabajado en condiciones diversas, es bastante resistente, pero puede ser sensible a las temperaturas extremas, especialmente al calor. Es importante proporcionarle un ambiente cómodo y, en verano, asegurarse de que tenga acceso a sombra y agua fresca.