Vacunación de mascotas, todo lo que debes saber
¿Qué entendemos por vacuna?
Vacunas para perros esenciales en España
Enfermedades que previenen las vacunas obligatorias
Vacunas adicionales también recomendables
Precauciones

Los perros precisan inmunizarse frente a diversos patógenos, tal y como sucede con las personas. Su sistema de defensas necesita el estímulo que proporcionan las vacunas para desarrollar anticuerpos protectores y reducir el riesgo de enfermedades que pueden resultar muy graves.

Aunque el tipo de vacunas a administrar puede variar según factores como la región en la que habitemos, la raza del perro o su función (mascota, participación en concursos, etc.), existen ciertas vacunas que son esenciales en España. La omisión alguna de estas vacunas puede conllevar incluso sanciones administrativas y, sobre todo, pone en peligro la salud del animal. 

¿Qué entendemos por vacuna?

Una vacuna consiste en una formulación diseñada para promover la respuesta inmune en el organismo. A menudo incluye patógenos atenuados o inactivados que se asemejan a aquellos que causan enfermedades. Al administrarla, el sistema inmune identifica estos componentes y fabrica anticuerpos que lo protegerán en caso de exposición futura al virus o bacteria. 

Vacunas para perros esenciales en España

En el territorio español se distinguen unas vacunas mínimas imprescindibles para el cuidado de la salud canina. Además, existe la Guía de la WSAVA (World Small Animal Veterinary Association) que ofrece pautas de vacunación a escala internacional, pero a continuación detallamos el calendario que se aplica de manera más generalizada dentro del país:

  1. A las 6 semanas: Se administra la primovacunación (conocida también como primera vacuna). En este punto se incluyen defensas contra parvovirosis, moquillo y otras polivalentes.
  2. A las 8 semanas: Se suministra la vacuna polivalente, reforzando la protección adquirida.
  3. A las 12 semanas: Se aplica el recordatorio de la vacuna polivalente, prolongando la defensa contra los principales patógenos.
  4. A las 16 semanas: Llega el turno de la vacuna contra la rabia, una enfermedad zoonótica de extrema importancia en salud pública. Esta es obligatoria en la Comunidad de Madrid.
  5. Anualmente: Se recomienda un recordatorio de la polivalente y de la rabia. En algunas comunidades autónomas la dosis de refuerzo contra la rabia se exige cada dos años, pero en la mayoría se renueva de forma anual. 

Enfermedades que previenen las vacunas obligatorias

Las vacunas más comunes (trivalentes, tetravalentes o polivalentes) ofrecen protección frente a virus como el del moquillo canino, el parvovirus y la rabia. La composición puede variar, pero en líneas generales:

  • Trivalente: Protege contra el moquillo, la hepatitis infecciosa canina y la leptospirosis.
  • Tetravalente: Incluye las defensas de la trivalente y añade protección contra la parvovirosis.
  • Polivalente: Además de lo mencionado, puede incluir protección frente a la tos de las perreras y el coronavirus canino. 

Moquillo canino

Es un proceso vírico muy contagioso, parecido al sarampión humano. El patógeno puede transmitirse por todas las secreciones del animal y se inhala con facilidad. Los cachorros entre las 6 y 12 semanas son los más expuestos, ya que es el período en el que disminuye la protección heredada de la madre. Se caracteriza por tasas altas de mortalidad si no se vacuna, siendo una causa notable de fallecimiento por patología infecciosa. 

Hepatitis infecciosa canina

Afecta principalmente a perros jóvenes que no han sido inmunizados, en especial durante el primer año de vida. Está provocada por un adenovirus (CAV), que también puede originar infecciones respiratorias. Este virus penetra por la boca y la nariz, se reproduce en los ganglios linfáticos locales y termina distribuyéndose por distintos órganos (hígado, riñones, etc.), ocasionando las alteraciones clínicas. 

Leptospirosis

La leptospirosis canina se transmite comúnmente a través de la orina, aunque también se ha descrito contagio por vía placentaria o por mordeduras. El agente causante puede provocar infecciones en las mucosas y después distribuirse a la sangre, afectando diversos tejidos, como el hígado y el riñón. En algunos casos, la enfermedad puede perjudicar al sistema nervioso o llegar a la placenta. 

Parvovirus canino

Se trata de otra patología viral muy conocida, cuyos síntomas típicos son vómitos y diarreas sanguinolentas de olor penetrante. Puede llevar a la deshidratación rápida del perro, disminución del apetito, fiebre y estado de apatía. El aislamiento del animal y el tratamiento sintomático son esenciales para evitar la propagación y dar tiempo al sistema inmune a sobreponerse. 

Tos de las perreras

Se describe como una traqueobronquitis infecciosa, que se transmite por las microgotas que liberan los perros al toser o estornudar. Diversos agentes pueden desencadenarla, entre ellos Bordetella bronchiseptica y virus respiratorios como parainfluenza o adenovirus. Esta afección se identifica por la tos seca y persistente que se agrava con el ejercicio o la palpación de la zona traqueal. En general, el pronóstico es bueno si no se complica, pero el período de recuperación puede alargarse. 

Vacunas adicionales también recomendables

Existen otras enfermedades para las cuales también se recomienda  la vacunación, aunque no sean de carácter obligatorio. Por ejemplo, la Leishmaniasis, habitualmente transmitida por la picadura de determinados mosquitos que antes han picado a un animal infectado. Esta inmunización puede administrarse a cachorros a partir de los 6 meses, tras asegurarse de que el perro está libre de la enfermedad y ha sido desparasitado internamente. Luego, se recomienda repetirla anualmente para mantener un nivel de defensa adecuado.

La leishmaniasis canina es especialmente relevante porque los tratamientos disponibles no siempre garantizan la curación total, conllevando un riesgo permanente para la salud de los perros afectados. 

Precauciones

La mayoría de los cachorros que se ponen en adopción o compraventa suelen entregarse con su cartilla sanitaria y, al menos, con la primera dosis de vacuna. En cualquier caso, es fundamental tener presente que un perro sin la vacunación al día no debe relacionarse con otros perros, para disminuir las probabilidades de contagio de enfermedades.

 

Si tienes dudas sobre qué vacunas necesita tu mejor amigo y cuándo administrarlas, consúltanos.

 

 

 

 

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