
Síntomas y diagnóstico
Tiene una sintomatología muy amplia y variada, pero para concretar podríamos compararlos con los del Alzheimer: desorientación, trastornos en el sueño, olvidos y cambios de comportamiento.
Son estos cambios de comportamiento los que suelen alertar a los propietarios, que acuden por esta razón a su veterinario. Éste con la información recibida y realizando pruebas que descarten otras patologías puede llegar a la confirmación del diagnóstico.
Los animales que presentan la enfermedad tienen uno o más de estos signos:
- La disminución de la actividad, confusión y desorientación.
- Se reduce la interacción con todos los miembros de la familia.
- Está menos reactivo frente a cualquier estímulo.
- Disminuye su espíritu exploratorio.
- Dejan de entender las ordenes aprendidas.
- Están más irritables.
- Sufren alteraciones del sueño.
Estos pacientes presentan un desgaste en su sistema nervioso central que les lleva a manifestar cambios de personalidad, confusión y falta de memoria.
Tratamiento
El Síndrome de Disfunción Cognitiva (SDC), es una enfermedad crónica y progresiva. El tratamiento sólo va a ralentizar la progresión de la misma. Generalmente se trata de mantener la mejor calidad de vida durante el mayor tiempo posible.
El tratamiento no tiene por que ser únicamente farmacológico. El enriquecimiento ambiental para facilitar su día a día (luces led en el pasillo, pavimento acolchado para facilitar desplazamientos por casa…); también es conveniente dedicar un tiempo a realizar el ejercicio físico indicado para su edad y estado y dedicarle más tiempo a los juegos donde interactuemos con él. Respecto al los cambios de comportamiento, es bueno reforzarle las conductas aprendidas, volver a incidir sobre lo bueno que el animal aprendió en su día; también reforzar las conductas de calma, frente a las de ansiedad.
Los fármacos van enfocados a mejorar la función cerebral, a tratar la ansiedad o los problemas de sueño, pero no van a poder detener el deterioro.
Para mitigar los efectos negativos de esta patología es muy bueno tener un diagnóstico temprano de la misma. Para ello a partir de los 8 años, estemos atentos para detectar cambios en su comportamiento y visitas periódicas a la clínica, donde haremos las pruebas pertinentes para llevar un seguimiento adecuado del animal mayor.