¿Qué hacer si tu gato bebe más o menos de lo normal?
Enfermedades que revelan una variación en el consumo de agua
¿Cómo actúa el veterinario ante una variación en el consumo de agua?
Detectar si tu gato está bebiendo más agua de lo habitual es crucial para identificar posibles problemas de salud a tiempo. Una forma práctica de averiguarlo es midiendo el agua que le echas en su bebedero diariamente. Asegúrate de observar cuánta agua sobra al final del día o si te demanda más de lo normal. También es útil estar atento si tu gato suele preferir el agua corriente, como pedirte que le abras el grifo. Si notas que pide que lo hagas más o menos veces de lo habitual, este es otro indicador del cambio en sus hábitos de hidratación. También, si has notado que tienes que cambiar con más frecuencia la arena de tu gato, puede ser un indicador de que tu gato está orinando y bebiendo más de lo habitual.
¿Qué hacer si tu gato bebe más o menos de lo normal?
Un gato debe beber entre 50 y 60 ml de agua por cada kilo de peso corporal al día. Por ejemplo, un gato de 4 kg debería consumir entre 200 y 240 ml de agua diarios. Si observas que tu gato se desvía de la cantidad recomendada, ya sea por que bebe de más o por que bebe de menos, es fundamental que consultes a tu veterinario. Además de medir su ingesta de agua, debes estar atento a otros posibles cambios en su comportamiento o alimentación que puedan darte más pistas sobre su estado de salud.
Enfermedades que revelan una variación en el consumo de agua
Cuando un gato comienza a beber más o menos agua de lo habitual, puede ser un indicativo de enfermedades o problemas subyacentes. Entre las principales patologías sospechosas se encuentran:
• Insuficiencia renal crónica: una de las afecciones más comunes en gatos, especialmente en los mayores. A medida que los riñones pierden su capacidad para filtrar adecuadamente los desechos, el gato comienza a beber más agua para intentar compensar.
• Diabetes mellitus: la diabetes en gatos es un trastorno endocrino en el que el cuerpo no puede utilizar la glucosa correctamente, lo que provoca una sed excesiva (polidipsia) y un aumento en la micción.
• Hipertiroidismo: los gatos con esta patología suelen tener un metabolismo acelerado que los lleva a beber más agua y a comer más de lo habitual.
• Enfermedades urinarias o infecciones: a veces, una infección en el tracto urinario puede alterar los hábitos de hidratación de tu gato, ya sea incrementando o reduciendo su consumo.
¿Cómo actúa el veterinario ante una variación en el consumo de agua?
Cuando acudas a tu veterinario, evaluará la situación para lo que necesitará realizar varias pruebas como análisis de sangre, pruebas de orina y ecografías, si fuese necesario. Estos exámenes permiten descartar o confirmar enfermedades como la insuficiencia renal, la diabetes o cualquier otro trastorno endocrino. Con estos resultados, el veterinario podrá determinar un diagnóstico preciso y pautar el tratamiento más adecuado para tu mascota, ya sea mediante medicamentos, cambios en la dieta o ajustes en el estilo de vida.