El pasado 5 de marzo, nuestra clínica se sumó a la concentración que reunió a profesionales y ciudadanos en defensa de la salud animal y la labor veterinaria y contra el nuevo sistema informático para el control de la prescripción veterinaria PRESVET. Estuvimos allí, porque nuestro equipo aboga por una regulación justa y responsable en el uso de medicamentos.
Sistema de prescripción ineficaz y perjudicial
Denunciamos que la normativa impone un único sistema de prescripción para todas las especies animales, sin flexibilidad para atender las particularidades de cada paciente. Esta medida nos limita la capacidad como veterinarios para ofrecer tratamientos adecuados, comprometiendo la recuperación de los animales. Cada especie requiere un abordaje médico específico para garantizar su bienestar.
Acceso bloqueado a tratamientos necesarios
Otro punto crítico es la dificultad para acceder a medicamentos esenciales. Debido a la falta de disponibilidad en las farmacias y a las restricciones impuestas sobre quién puede suministrarlos, los tratamientos se ven retrasados, afectando negativamente a los animales y a sus propietarios. Las decisiones sobre la salud animal deben recaer únicamente en profesionales veterinarios, pues contamos con el criterio técnico y científico necesario y somos los más indicados para ponerlos en práctica.
Burocracia excesiva que aleja de los pacientes
Otro punto importante de nuestra reivindicación es que PRESVET impone una carga burocrática desproporcionada. Conocemos y apoyamos la necesidad de combatir la resistencia a los antimicrobianos, pero este no es el camino. Esta lucha debe coordinarse entre veterinarios, médicos y demás profesiones sanitarias. Cargarnos de una excesiva tramitación administrativa solo obstaculiza las mejoras reales en el control y uso de medicamentos. Esta burocracia nos aleja de la atención directa a los pacientes, lo que genera una situación insostenible para la práctica veterinaria.
Tratamientos incompletos y riesgo para los pacientes
La situación se agrava al obligar a los propietarios a recorrer farmacias en busca de los medicamentos que sus animales necesiten. Esta práctica, que puede derivar en la entrega de sustitutos inadecuados o en la ausencia total del tratamiento, poniendo en riesgo la salud de los pacientes. Es crucial permitir que como profesionales suministremos directamente los fármacos necesarios, siguiendo el ejemplo de numerosos países europeos.
Un IVA Injusto que penaliza la Salud Animal
Finalmente, denunciamos la disparidad fiscal existente: mientras la sanidad humana se beneficia de un IVA reducido, los servicios veterinarios están gravados con un 21%. Este impuesto eleva el costo de los tratamientos, dificultando su acceso, especialmente para las familias más vulnerables. La salud animal no debe considerarse un lujo, sino una necesidad que merece el mismo apoyo fiscal que la salud humana.
Una protesta con respaldo
La jornada del 5 de marzo fue una oportunidad para que profesionales y ciudadanos expresaran su desacuerdo con unas normativas que, lejos de proteger, limitan la capacidad de respuesta de los veterinarios. La Clínica Veterinaria reafirma su compromiso con los postulados que denunciaba esta protesta y manifiesta su defensa por una regulación basada en criterios científicos y realistas, en la que la voz de los profesionales sea la que marque el camino hacia el bienestar de nuestros pacientes y de la sociedad en general.